La vida son momentos…tanto bueno como malos…pero existen unos en concreto que me matan…esos momentos en los que sientes que todo va mal y que no puedes hacer nada para que eso sea diferente…como la indefensión aprendida de Martin Seligman y su rata
encerrada en una jaula donde todo el suelo está electrificado…sin salida
alguna.
Odio ese tipo de momentos y más cuando existe distancia de por medio ya que esa indefensión aprendida aumenta hasta niveles extraordinarios, inmanejables.
Odio el estar aquí, sin poder hacer nada, siendo tan idiota de no saber las palabras adecuadas, de quedarme en blanco y no decir más que tontería y tonterías que no llevan a ninguna parte…yo, que en muchas ocasiones me he creído tan madura y pretenciosa…
¿dónde queda todo eso ahora realmente?…debe andar por algún vertedero porque
ahora mismo no me siento más que como una estúpida piedra en un camino de gravilla…inútil, pequeña, insignificante…estúpida.
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La distancia y en sí todo esto es muy difícil y yo mismo no se que decir.
Espero que esto solo sea un bache y todo te vuelva a ser como antes 🙂